Performatividad en Tiempos de COVID

 

Pensé que la pandemia del COVID seria una oportunidad para resignificar nuestras vidas, que esta pausa obligada nos conduciría a una reflexión y reparación, no solo de los daños que nos hacemos como humanidad, sino del daño que generamos hacia la madre tierra; que seria una oportunidad para la reinvención de nuestras vidas y de nuestras practicas creativas.

La realidad es que este estado de excepción al que nuestrxs cuerpos han sido sometidos en esta pandemia global, no fue igual para todos. Hay quienes tuvimos y tenemos el privilegio de poder estar aisladxs y protegidxs ante ella (en Estados Unidos donde vivo, sufrimos por la negligencia de un gobierno misógino y racista, cuyas únicas prioridades son sembrar odio y dividir al país para ganar las próximas elecciones). Sin embargo, hay muchxs que tuvieron y tienen que salir a la calle a sostener con sus trabajos un sistema que precariza sus vidas, que no los cuida, los violenta en lo social y lo económico, y les ofrece poco acceso a la salud.

En medio de todo este panorama incierto del COVID-19, hay otra pandemia que no ha sido tratada: el racismo estructural, puesto en evidencia por el asesinato de George Floyd, afroamericano de 46 años, a manos de un policía blanco.

Estas dos pandemias han impactado desproporcionadamente a nuestras comunidades negras, indígenas, y latinas, y han renovado una brutal estigmatización de las comunidades asiáticas (BIPOC: Black, Indigenous, and People of Color). La pandemia del racismo que violenta nuestros cuerpos y se revela en cada acto de la vida cotidiana, va desde el gatillo fácil policial hasta la exclusión de gente de color de espacios teatrales, y se internaliza en nuestros cuerpos. Los Estados Unidos de Make America Great Again son la placa de Petri donde se defiende la historia de la confederación, se considera a la inmigración como una infección que se debe detener con un muro, y la policía federal desparece a manifestantes en vehículos sin identificación.

Afortunadamente la esperanza apareció con la respuesta pública recuperada por la posibilidad de la protesta. El rechazo al racismo fue mas fuerte que el temor al contagio, y no detuvo la urgencia de tomar los espacios públicos. Otro contagio prevaleció: el de la resistencia y la denuncia de una sola voz coreando “no puedo respirar!”, “las vidas de los negrxs importan!”

La respuesta en las artes escénicas no se demoró. Destaco la denuncia del colectivo BIPOC We See You, White American Theater (W.A.T.), donde artistas, técnicxs, y administradorxs, desde una plataforma multigeneracional y multidisciplinaria demandan un nuevo contrato social para “abordar el alcance y la omnipresencia de la lucha contra la negrura y el racismo en el teatro estadounidense.” A esta denuncia le siguió la publicación de un documento de 29 paginas demandando acciones que incluyen exigir que la mitad de los teatros de broadway cambien sus nombres por los de artistas de color, que por un tiempo artistas BIPOC constituyan la mayoría de los contratos teatrales, y que los teatros rescindan sus acuerdos de seguridad con departamentos de policía. Otros esfuerzos destacables incluyen los debates públicos virtuales llevados a cabo por Black Theater United.

Las protestas han transformado las calles de las ciudades en un gran escenario. Como a menudo ocurre allí, la “gente común” nos sorprende con imágenes de una profunda y conmovedora performatividad. A modo de esperanza, las dejo con una de las imágenes mas significativas: una mujer negra, Brianna Noble, irrumpiendo las calles de Oakland montada a caballo como una amazona contemporánea. Ella luego dijo que les quería mostrar a los manifestantes algo que los inspire, y a las cámaras (de la prensa) algo positivo en que enfocarse. Montada en su caballo, Brianna nos ofrece una imagen de fuerza y determinación que con infinita claridad se impone a la niebla de los gases y el humo de los incendios. Que también nos inspire a nosotras a seguir con coraje mostrando el presente, e imaginando un futuro donde quepan todxs, desde nuestro arte.

Violeta Luna
San francisco, tierra del pueblo Ohlone, Julio 2020

Foto: Violeta Luna en FLACC 2019. Berkeley Art Museum & Pacific Film Archive. Fotógrafo: Yvonne Portra.

Violeta Luna 2020